Una mañana eres por fin consciente de que cada cosa tiene su motivo y su razón de ser.
No encontrar a alguien no significa que no sea para ti, puede significar que el momento está por llegar. Que aunque no sea nada ni vaya a ser, entrará en tu vida, seguro, cuando menos te lo esperes y más lo necesites. De golpe y porrazo, aparecerá su cara, entre miles de personas o miles de fotos. Y de golpe y porrazo te hace olvidar lo que te haya hecho sentir mal, o nerviosa.
Cada persona tiene su momento. Cada persona, cada aparición, tiene su por qué, aunque sea producto del azar, aunque esto solo sea presente, nada más, un instante en tus retinas que se irá. Pero, mientras te esté haciendo sonreír toda la noche, su razón de ser no morirá.
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