Saturday, December 1, 2012

Chas.

¿Qué pasa si una mañana recuerdas ese momento? ¿Qué pasa si todo es igual que entonces, y pareces seguir los mismos pasos?
Qué pasa si lo malo no es que todo parezca igual, es que realmente nada ha cambiado. Ha llovido mucho desde entonces, claro, y todo lo que parecías haber solucionado en tu vida ha quedado atrás.
Pero, oh, nena, no es así y lo sabes. Todas estas decisiones que tomaste, ¿qué son? Son papel mojado, son noches sin luna, son tinta en un papel que cayó al mar. Las decisiones no valen para nada. Decidir ser fuerte no sirve para nada.
¿Y sabes por qué? Porque desde que lo dices hasta que lo haces, todo puede pasar. Puedes decidir que se lo harás pasar mal, y al día siguiente no podrás, no querrás. Puedes decidir ser fuerte, pero al día siguiente no te quedarán motivos para ocultarle a tu amiga que estás hecha polvo. Pueden volver estos momentos que te hicieron como eres, puedes volver a verle, volver a hablarle, volver a abrazarte con ella y decidir que no sirve de nada. 
Chas, todo pasa y todo pasará. 
Chas, momentos que se fueron, momentos que nunca se llegaron a ir.
Chas, ¿de qué sirve olvidarte, si para cuando olvido que te quiero, vas y me lo recuerdas?

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