Sunday, December 2, 2012

Días.

Una mañana, me levanto sin tiempo para ti.
No me queda tiempo para ser débil. No me queda tiempo para andar preguntándome si lo que yo creí ver era lo que en realidad fue. No tengo tiempo, o no se si quiero tenerlo, para pararme a pensar sobre cada mirada, cada gesto, cada sonrisa, cada palabra. No tengo tiempo para preocuparme por ti, si de verdad estás bien, si ella te ha vuelto a hablar, si has tenido pesadillas o si no sabes qué es el alma para Platón.
No es ni la primera ni la última vez que digo que siempre tendré tiempo para lo que me importa, para lo que me hace feliz.
Y tú claro que me importas, pero resulta que me robas la vida, que pasan mis días preguntándome por ti, si algún día estaremos contigo, si algún día será verdad. Me estás robando la vida, y no me gusta pensar que una de estas veces en las que crea que me miras, en las que crea que las sonrisas son de verdad, por una vez en mi vida pensaré: "No seas idiota, no es para ti".
Porque el día que eso pase... El día que eso pase, se acabarán las gilipolleces. Tus dudas, tus miradas, tu forma de llamarme, se esfumarán, se irán. Y me quedaré yo, me quedaré con esa parte de mí que siempre se dedicó a decirme que no era verdad. 

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