Tuesday, November 22, 2011

(In)Soportables

Una mañana a su lado equivale a veinte clases de Educación Física con tu querido (mentira) profesor. Ríes, pegas, corres, comes, ríes más, y vuelves a reís, y os dais de guantazos otra vez, y os mordéis, y os pegáis pellizcos en el culo, y todos piensan que estáis loquísimas.
Pero no. Estáis felices de haber encontrado a otra tan irremediablemente despistada, despreocupada, a la que le da igual que le robes los bolis o las pulseras, con la que te puedes reír de mil gilipolleces durante horas, otra que consigue que las clases de Francés pasen en un pispas.
Y así, los madrugones no son tan jodidos si lo haces para recuperar tu agenda mejorada. Los días de lluvia son más bonitos si le puedes dar envidia con tus botas de agua. Las clases de CMC con esas miradas cómplices son hasta soportables.
Nada es tan malo si en cualquier momento puedes pillarla haciendo una de las suyas, y podéis reíros como si no hubiera mañana. 
(Bueno, pensándolo mejor, a lo mejor sí que estáis loquísimas)

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