Una mañana sucede algo, que desencadena actos, palabras, miradas y hechos que no hubieran sucedido de otro modo.
Hay un punto de inflexión. Un punto en el que te das cuenta que no hay vuelta atrás, un punto en el que sabes que lo que has dicho o hecho puede no tener ningún significado por sí solo, pero va a traer cola.
Un momento, que lo cambia todo, que nadie lo ve venir, sólo nos damos cuenta cuando ya ha pasado. Y, entonces, todo lo que te queda es quedarte a contemplar lo que has desencadenado.
Vemos lo que pasó, sabemos lo que hicimos. Pero no podemos prever cómo va a cambiar las cosas, cómo va a conseguir que todo se de la vuelta, que todo cambie su sentido y que ese tren arranque, llevándote a chocarte contra un muro, caer en el vacío o...
O quién sabe a dónde.
Sabemos dónde empieza el viaje, lo que hace que todo se descontrole, que todo pierda el sentido y que los planes, las promesas, las palabras y los recuerdos pierdan su significado. Sabemos qué hicimos mal, o bien. Sabemos qué no tendríamos que haber dicho, qué tendríamos que haber dicho o por qué lo que dijimos nos ha llevado hasta aquí.
Pero créeme si te digo que todo lo que puedas suponer de aquí en adelante probablemente no salga como esperas.
Sabes cuándo empieza a aletear la mariposa. Pero no cuándo llegará el huracán.
¿Qué es lo primero en lo que piensas al despertarte? ¿En él, en ella? ¿En las cosas buenas que te esperan en el día, en las malas que pasaron ayer? Da igual. Cuéntamelo.
Wednesday, March 21, 2012
Thursday, March 15, 2012
Motivos para.
Una mañana estudiando Filosofía, y una frase: "El ser humano puede decidir en contra de sus motivos".
No parece ni muy inteligente ni muy lógico, pero sí muy cierto. Porque, si actuáramos conforme nuestros motivos...
Sabrías desde hace tiempo que me gustas. Habría dejado de sonreírle a más de uno, después de lo que sé. Saldría corriendo cada mañana. Mandaría a unos cuantos a la mierda, y no me importaría.
No son nuestros motivos los que nos hacen actuar. No tengo motivos para seguir hablando contigo, para aguantar las idioteces de más de uno, para levantarme cada mañana y hacer como si no pasara nada. Sigo hablando contigo porque quiero. Aguanto las idioteces de más de uno porque me conviene. Me levanto porque no queda otro remedio.
Nunca dejes a tus motivos superar a tus necesidades, a tus voluntades, ni siquiera a tus obligaciones. Decide quién eres, qué quieres y por qué vas a enfrentarte hoy al mundo. Ten muy presente por qué haces cada cosa en cada momento, por qué lloras, por qué sonríes, por qué amas, por qué deseas.
Llora, aunque no tengas motivos de peso.
Sonríe, aunque sólo tengas motivos para llorar.
Ama, aunque tengas motivos para soltar hostias y odiar.
Desea. Aunque sea lo último que hagas, aunque sea sin motivo alguno.
No parece ni muy inteligente ni muy lógico, pero sí muy cierto. Porque, si actuáramos conforme nuestros motivos...
Sabrías desde hace tiempo que me gustas. Habría dejado de sonreírle a más de uno, después de lo que sé. Saldría corriendo cada mañana. Mandaría a unos cuantos a la mierda, y no me importaría.
No son nuestros motivos los que nos hacen actuar. No tengo motivos para seguir hablando contigo, para aguantar las idioteces de más de uno, para levantarme cada mañana y hacer como si no pasara nada. Sigo hablando contigo porque quiero. Aguanto las idioteces de más de uno porque me conviene. Me levanto porque no queda otro remedio.
Nunca dejes a tus motivos superar a tus necesidades, a tus voluntades, ni siquiera a tus obligaciones. Decide quién eres, qué quieres y por qué vas a enfrentarte hoy al mundo. Ten muy presente por qué haces cada cosa en cada momento, por qué lloras, por qué sonríes, por qué amas, por qué deseas.
Llora, aunque no tengas motivos de peso.
Sonríe, aunque sólo tengas motivos para llorar.
Ama, aunque tengas motivos para soltar hostias y odiar.
Desea. Aunque sea lo último que hagas, aunque sea sin motivo alguno.
Sunday, March 11, 2012
Aproximación.
Una mañana te levantas con un único suspiro en los labios. Quédate a mi lado.
No te vayas muy lejos, amor, no vaya a ser que no vuelva a encontrarte. No quieras huir, porque puede que deje de quererte. Que te querré mientras seas capaz de hacerme sonreír, de hacerme llorar, de hacer que me levante cada mañana y que cada noche me vaya a dormir con tu mirada en la retina.
Que te quiero y te querré, mientras seas capaz de llegar hasta mi corazón, darle mil vueltas y luego largarte. Te querré mientras seas capaz de emocionarme, de moverme. Porque me gusta lo raro, y es raro que alguien me haga sentir.
Aquí estoy y no pienso moverme. Mientras sigas ahí. No esperes de mí un te esperaré por siempre, un aquí estaré si me necesitas. Porque te necesito yo a ti, y ahora, y no me da la gana de quedarme con las ganas.
No te vayas muy lejos, amor, no vaya a ser que no vuelva a encontrarte. No quieras huir, porque puede que deje de quererte. Que te querré mientras seas capaz de hacerme sonreír, de hacerme llorar, de hacer que me levante cada mañana y que cada noche me vaya a dormir con tu mirada en la retina.
Que te quiero y te querré, mientras seas capaz de llegar hasta mi corazón, darle mil vueltas y luego largarte. Te querré mientras seas capaz de emocionarme, de moverme. Porque me gusta lo raro, y es raro que alguien me haga sentir.
Aquí estoy y no pienso moverme. Mientras sigas ahí. No esperes de mí un te esperaré por siempre, un aquí estaré si me necesitas. Porque te necesito yo a ti, y ahora, y no me da la gana de quedarme con las ganas.
Saturday, March 10, 2012
Tan sencillo como.
Una mañana te das cuenta de que las cosas no son tan difíciles como las quieres ver. Que a lo mejor un abrazo sí que lo cura todo, y que a lo mejor llorar no es tan malo. Que las penas no hacen nada dentro de ti, y que si las sacas fuera, bien lejos, a lo mejor puedes sentirte mejor.
Sabes que las cosas vienen y van, y que las sonrisas de hoy mañana no serán nada. Sabes que quitarse la coleta, ponerse las gafas de sol y salir al mundo no es tan malo, no te va a pasar nada tan malo.
Sabes que los paseos interminables son menos interminables si vas con alguien, y que tirarse al suelo no tiene que ser una preocupación por tus medias, sino la alegría de hacer el tonto un rato, y reír.
Y reír.
Porque cualquier cosa que hagas, acábala con una risa. Acaba tus exámenes con una risa, tus besos con una risa, tus abrazos con una risa, tus lágrimas con una risa.
Que es lo más sencillo y lo más natural. Igual que llorar. Y que no importa, llorar, reír, saltar de alegría o querer dar patadas a todo lo que te rodea. Porque pasar tu tiempo, malgastar tu tiempo conteniéndote es una estupidez, contando como cuentas con gente que te escuchará, te abrazará, llorará o reirá contigo. No ganas nada pudriéndote por dentro con las mierdas de cada día.
Sabes que las cosas vienen y van, y que las sonrisas de hoy mañana no serán nada. Sabes que quitarse la coleta, ponerse las gafas de sol y salir al mundo no es tan malo, no te va a pasar nada tan malo.
Sabes que los paseos interminables son menos interminables si vas con alguien, y que tirarse al suelo no tiene que ser una preocupación por tus medias, sino la alegría de hacer el tonto un rato, y reír.
Y reír.
Porque cualquier cosa que hagas, acábala con una risa. Acaba tus exámenes con una risa, tus besos con una risa, tus abrazos con una risa, tus lágrimas con una risa.
Que es lo más sencillo y lo más natural. Igual que llorar. Y que no importa, llorar, reír, saltar de alegría o querer dar patadas a todo lo que te rodea. Porque pasar tu tiempo, malgastar tu tiempo conteniéndote es una estupidez, contando como cuentas con gente que te escuchará, te abrazará, llorará o reirá contigo. No ganas nada pudriéndote por dentro con las mierdas de cada día.
Thursday, March 8, 2012
Más de una vez.
Una mañana te levantas. Paf. Otra vez.
Que siempre acabe por pasar lo mismo. Que no seamos capaces de verlo venir, y que nos vuelva a pillas por sorpresa, y que nos vuelva a estallar en la cara, y que nos vuelva a hacer sentir lo peor.
¿Somos tan idiotas que no podemos medir nuestras palabras? ¿Somos tan imbéciles que cometemos los mismos errores una y otra vez, pensando que ya aprendimos?
Cuando sientas el fuego, quita la mano, porque acabarás escaldado.
Cállate, cierra el pico y espera a que pase la tormenta. Cállate, antes de que sea demasiado tarde y ya la hayas cagado. Cállate.
Que siempre acabe por pasar lo mismo. Que no seamos capaces de verlo venir, y que nos vuelva a pillas por sorpresa, y que nos vuelva a estallar en la cara, y que nos vuelva a hacer sentir lo peor.
¿Somos tan idiotas que no podemos medir nuestras palabras? ¿Somos tan imbéciles que cometemos los mismos errores una y otra vez, pensando que ya aprendimos?
Cuando sientas el fuego, quita la mano, porque acabarás escaldado.
Cállate, cierra el pico y espera a que pase la tormenta. Cállate, antes de que sea demasiado tarde y ya la hayas cagado. Cállate.
Tuesday, March 6, 2012
Secretos deseos.
Una mañana te levantas con el peso de los secretos colgando del cuello.
Son tus propios secretos, que te avergüenzan y te dan rabia, que te hacen sentir idiota perdida, que no sabes muy bien por qué siempre te acaba pasando lo mismo. Son tus secretos, que ni a tu mejor amiga cuentas, por miedo a que ella piense, como tú, que eres tonta.
Son tus secretos, tanto tiempo dentro, tanto tiempo ocultos, por miedo a que se vuelvan contra ti, pero también con miedo a que se queden dentro, a no poder compartir tu carga con nadie.
Son tus secretos, que deseas levantarte en medio de la clase y gritarlos, que te frenas justo a tiempo, que te muerdes la lengua para no acabar por decírselos al menos indicado.
Son tus secretos, que son más difíciles de guardar que los de los demás.
Son tus secretos, que acabas susurrando en la almohada, o dejándolo caer cuando no viene a cuento.
Porque no puedes más, porque son enormes y necesitas que te digan que no, que no es para tanto, y que saldrás adelante.
Los guardamos por miedo a las falsas esperanzas que puedan darnos.
Son tus propios secretos, que te avergüenzan y te dan rabia, que te hacen sentir idiota perdida, que no sabes muy bien por qué siempre te acaba pasando lo mismo. Son tus secretos, que ni a tu mejor amiga cuentas, por miedo a que ella piense, como tú, que eres tonta.
Son tus secretos, tanto tiempo dentro, tanto tiempo ocultos, por miedo a que se vuelvan contra ti, pero también con miedo a que se queden dentro, a no poder compartir tu carga con nadie.
Son tus secretos, que deseas levantarte en medio de la clase y gritarlos, que te frenas justo a tiempo, que te muerdes la lengua para no acabar por decírselos al menos indicado.
Son tus secretos, que son más difíciles de guardar que los de los demás.
Son tus secretos, que acabas susurrando en la almohada, o dejándolo caer cuando no viene a cuento.
Porque no puedes más, porque son enormes y necesitas que te digan que no, que no es para tanto, y que saldrás adelante.
Los guardamos por miedo a las falsas esperanzas que puedan darnos.
Monday, March 5, 2012
Undisclosed desires.
Una mañana te levantas, con falta de algo.
Faltan muchas cosas. Faltan más cafés a media tarde. Faltan más noches con compañeros en un bar. Faltan más recreos al sol. Faltan muchas, muchísimas faldas y vestidos y camisas y calcetas. Faltan más amaneceres eternos tirada en la cama, noches en vela por culpa de un libro, más días de cocinarte tu propia comida y de disfrutarla.
Nos faltan mil cosas que nos hagan felices. Nos faltan alicientes, motivos para querer despertarnos. Nos faltan miradas compartidas, cómplices e inesperadas. Y sonrisas que no significan nada. Sólo lo que tú quieras.
Y es que nos faltan ganas de vivir, y motivos para vivir. Nos faltan minutos en el día. Nos faltan viajes, y conciertos, y escapadas y tardes, y paseos por la playa en primavera, y coñas con los compañeros y silencios con los amigos.
Pero nunca, nunca nos podrán faltar las ganas de levantarnos con un buen motivo, sabiendo que nuestra vida no se acaba ni aquí ni ahora, que nos queda mucho que hacer, mucho que planear, mucho que vivir y que sentir.
Faltan muchas cosas. Faltan más cafés a media tarde. Faltan más noches con compañeros en un bar. Faltan más recreos al sol. Faltan muchas, muchísimas faldas y vestidos y camisas y calcetas. Faltan más amaneceres eternos tirada en la cama, noches en vela por culpa de un libro, más días de cocinarte tu propia comida y de disfrutarla.
Nos faltan mil cosas que nos hagan felices. Nos faltan alicientes, motivos para querer despertarnos. Nos faltan miradas compartidas, cómplices e inesperadas. Y sonrisas que no significan nada. Sólo lo que tú quieras.
Y es que nos faltan ganas de vivir, y motivos para vivir. Nos faltan minutos en el día. Nos faltan viajes, y conciertos, y escapadas y tardes, y paseos por la playa en primavera, y coñas con los compañeros y silencios con los amigos.
Pero nunca, nunca nos podrán faltar las ganas de levantarnos con un buen motivo, sabiendo que nuestra vida no se acaba ni aquí ni ahora, que nos queda mucho que hacer, mucho que planear, mucho que vivir y que sentir.
Sunday, March 4, 2012
Starlight.
Una mañana te levantas con ganas de todo.
Y todo, ahora.
Muerde una hoja de menta y una rodaja de limón. Córtate el pelo por los hombros y píntate los labios de granate. Ponte las sandalias y pon las uñas de tus pies de color amarillo.
Toma el sol, silba a los chicos, sonríe a los chicos, besa a los chicos. Sé una descarada, invítalos a un café. No te cortes un pelo.
Vive un rato. Despiértate para comprobar que es verdad, que no acaba la vida cuando son las doce. Sal de fiesta un miércoles y ve de empalmada el jueves al instituto. Con ojeras y tacones, y si te preguntan ofréceles una demostración en primera persona de lo que has vivido.
Coge un tren a la playa, llévatelo contigo, comprad comida china y quedaos viendo cómo acaba el día.
¿Por qué esperar a que las cosas ocurran? ¿Por qué esperar a la ocasión pudiendo crearla?
Es mejor pedir perdón que pedir permiso. Es mejor llorar un día por desamor que no dormir tres años por no saber qué hacer. Es mejor quedarse con el recuerdo que con la duda de qué hubiera pasado. Y, sobre todo, es mejor hacer planes que acumular recuerdos.
Y todo, ahora.
Muerde una hoja de menta y una rodaja de limón. Córtate el pelo por los hombros y píntate los labios de granate. Ponte las sandalias y pon las uñas de tus pies de color amarillo.
Toma el sol, silba a los chicos, sonríe a los chicos, besa a los chicos. Sé una descarada, invítalos a un café. No te cortes un pelo.
Vive un rato. Despiértate para comprobar que es verdad, que no acaba la vida cuando son las doce. Sal de fiesta un miércoles y ve de empalmada el jueves al instituto. Con ojeras y tacones, y si te preguntan ofréceles una demostración en primera persona de lo que has vivido.
Coge un tren a la playa, llévatelo contigo, comprad comida china y quedaos viendo cómo acaba el día.
¿Por qué esperar a que las cosas ocurran? ¿Por qué esperar a la ocasión pudiendo crearla?
Es mejor pedir perdón que pedir permiso. Es mejor llorar un día por desamor que no dormir tres años por no saber qué hacer. Es mejor quedarse con el recuerdo que con la duda de qué hubiera pasado. Y, sobre todo, es mejor hacer planes que acumular recuerdos.
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