Una mañana te despiertas, deseando levantarte para ir al baño, deseando desayunar para que se callen tus tripas, deseando salir a la calle para comprarte al fin el abrigo que buscabas.
Y, aun así, lo sacrificas todo, por estarte un ratito mas en la cama, porque apenas hay luz, porque estas calentita, se te cierran los ojos y se te acaban las ganas de hacer nada. Hasta que, evidentemente, sales hacia el baño. Y después vuelves a la cama. Muahahaha. Benditos sábados y domingos. Benditos días de fiesta. Benditas las once de la mañana y las tostadas con mantequilla.
No comments:
Post a Comment