Un mañana estas de mala hostia. Y te cabreas con el universo entero, y lo pagas con el, que no se lo merece, y lo pagas contigo misma, que a lo mejor te lo mereces algo mas. Te da asco el mundo, lo ves como a traves de un cristal muy grueso, sucio y mentiroso, que lo tiñe todo con su amargura, su cinismo. Deseas salir corriendo, alejarte de esa ciudad, de ese deseo desastroso y destruyente que te lleva a anhelar lo imposible, a frustrarte a cada paso.
Y a lo mejor, por la tarde, todo cambia, simplemente con saludarles se te cambia el signo, olvidas lo urgente y te centras en lo importante, en tranquilizarse y jugar al poker con palitos de un árbol. Le pides perdón y todo va bien, te pides perdón y todo va genial. Te sientas en la hierba a ver el rato pasar, con ella, la que te aguanta y te soporta mas que tu misma.
Porque vamos a ratos, porque voy a ratos. Ahora te odio y ahora te pido perdón, te digo que te quiero y me apoyo en tu hombro. Temo dejarte atrás con mi ritmo demente, pero es que, si te digo la verdad, ni yo misma sigo mi propia velocidad.
No comments:
Post a Comment