Una mañana te das cuenta. Como darse cuenta de repente que tus muebles están dispuestos así desde hace tiempo. Igual de absurdo y de evidente.
Todo tiene un punto. Punto y seguido, punto y aparte. Punto final.
Todo acaba. Quieras o no, que es lo que menos importa. Tal y como acaban las frases, acaban las historias, las amistades, los problemas y las dudas. Con esas palabras que se niegan a desvanecerse, con ese murmullo de las cosas que mueren despacio, suaves, como el humo de tu cigarro que se va, ya no está.
Cada cosa tiene su final. Cada libro tiene su última página. Las frases nacen para acabar, tarde o temprano. Y acabarán.
Sea cual sea la frase, la palabra, el problema. Acabará. No lo olvides.
Sea cual sea el amor, la amistad, la fiesta, la alegría. Acabará. No lo olvides.
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